AGITADORAS

 

PORTADA

 

AGITANDO

 

CONTACTO

 

NOSOTROS

       

ISSN 1989-4163

NUMERO 117 - NOVIEMBRE 2020

 

Las Cavidades de este Reposo

Laura Riera

La basura se llena lentamente:
cáscaras, un trapo viejo, la suciedad del suelo que he barrido sin prisa,
un rato cada día. La fregona baila después.
Mantengo las puertas abiertas.
Los gestos en la casa han ganado un vaivén osado, una invasión incluso;
rompen la costra de un mal que no se deja ver.
Imagino que dejo una mancha negra al tocar cualquier objeto,
que mancillo cada interruptor, utensilio, superficie,
y debo acordarme, pensar bien su lugar posterior
para una limpieza profusa, de la que me permito algún respiro.
Me he propuesto no tocar ciertos objetos,
como si fueran animales que hibernan, escondidos,
como si compartiera dimensión con unos pocos, en un orden mínimo, austero.
Ya escasean las verduras, apenas hortalizas:
bebo el zumo de remolacha con la fruición de un sediento al sol.
De sol me nutro por la mañana en la pequeña terraza, cuando el viento da tregua.
Pongo atención en los engranajes de mi cuerpo, busco la anomalía, el extravío
de cada circuito que creo conocer;
pongo atención en el feroz instinto de recogimiento:
la posición fetal, los pies hiperlaxos, uno sobre otro, la uña clavada en la palma.
Para revertirlo, algún estiramiento, algún mantra.
Tuesto el pan con lentitud, para hacer del olor un envoltorio persistente.
Durante el día, traslado el material indispensable para pasar las siguientes horas
de habitación en habitación. El teléfono abrasa mi mano y mi voz.
Por la tarde, la añoranza desencaja la libertad.
Estoy sola con Tarkovsky, con Cassavetes, con los actores de una comedia de los setenta.
Con poetas de mi ciudad. Con una novela de nieve.
La gata observa a los estorninos espesarse y disolverse sobre un cielo salpicado de rosa.
Con las campanadas gira una oreja, entrecierra los ojos,
las dos sensibles al ruido repentino.
Me mira con paciencia, ella sabe cómo entonar las cavidades de este reposo.
Luego se tumba junto a mis rodillas acalambradas por la inmovilidad.
Por la noche dejo a las sombras en paz. El sueño insiste.

 

 


 

 

Laura 

 

 

 
@ Agitadoras.com 2020